ADVERTENCIA
Si usted es muy susceptible respecto a temas religiosos, se le aconseja dejar de leer; pero si insiste en seguir adelante, se le suplica tolerancia, pues este espacio pertenece al autor, quién es libre de expresar lo que (pinches) quiera a través de este blog.
Algún tiempo atrás llegué a considerarme católica, principalmente por influencia de mi abuela pues mi madre no lo es; sin embargo, he de confesar que nunca creí ciegamente en la religión. Por fortuna, fui dotada de una curiosidad cabrona que me hace cuestionar todo; entonces cuando en catecismo me hablaban de la biblia, me preguntaba ¿Cómo puede ser eso posible? es decir, el libro está lleno de historias fantásticas que sólo podrían salir de la pluma de un escritor de ciencia ficción.
Después entré a la universidad, comencé a leer y a conocer personas con opiniones divergentes, ahí valió madre todo; fue entonces cuando decidí auto excomulgarme de la iglesia católica e independientemente a lo que se piensa, no sentí ningún vacío existencial al desprenderme de la creencia religiosa. Al contrario, me encontré con un sin fin de posibilidades, que han sido vedadas para las personas que profesan con fervor cualquier religión. No, no estoy diciendo que esté mal, cada quién vive como quiere y como pinches puede, pero en mi experiencia, la religión nos limita.
¿Cuantas posibilidades hay de que exista vida después de la muerte? ¿Cuántas de que haya pura verga? Es una apuesta 50/50 cuyo resultado no sabremos hasta que colguemos los tenis. Somos seres orgánicos condenados a la muerte y al olvido, una vez enterrados, nuestros cuerpos comenzarán a desintegrarse poco a poco hasta desaparecer ¿Qué tal si ya no hay nada más? y desperdiciamos nuestra vida hincados ante la imagen de un ser mitológico que ha sido utilizado, a lo largo de la historia, para enriquecer a una institución, cuya parte de sus riquezas ha mal gastado en guerras en vez de tratar de erradicar la pobreza (respira).
Por otro lado, niego rotundamente mi supuesto ateísmo, no me considero atea porque no puedo negar, ni afirmar la existencia de nada, soy un simple y pinchurriento humano con una limitada capacidad para razonar infinidad de aspectos de la existencia. Creo que es mejor solamente vivir y dejar vivir, pero me refiero a vivir de verdad, no siguiendo el modelo de vida impuesto por la sociedad, osea esa mega mamada de nacer, crecer, casarse, reproducirse y morir ¿para qué? si tenemos la posibilidad de hacer lo que queremos, cuando queremos y por que se nos hinchó un huevo...o los dos. De todos modos te vas a morir y ni como hacerle, mejor pasala chido mientras te pinches mueres; y si te portas muy mal y resulta que si existe el infierno, pues ahí nos encontraremos para seguir pasándola chido ¿o qué?,
Yo prefiero vivir bajo la primicia de "chingue su madre, sírvanme otra" y lo único realmente sagrado para mi es mi mejor amigo y parale de contar; eso no significa que no existan más personas y cosas importantes en mi vida, pero estamos hablando de lo sagrado. La vida está padre, chingao, dejen de andar de mojigatas evitando experimentar todo lo que se les ofrece, no les digo que se tiren a la perdición, sino que si algo se les antoja, háganlo ¿qué es lo peor que les puede pasar? si están enamorados, díganlo y luchen por ello pues (con temor de sonar bien cursi) lo único más grande que la muerte es el amor y en eso si creo ciegamente principalmente porque lo conozco.
Pensaba alargar un poco más esta entrada, pero la verdad es que ya estoy un poco ebria y no quiero comenzar a hablar de más (jaja) otro día les explico mi concepción de Dios, la existencia y todo eso. Dice mi cerveza que los quiere mucho. Adiós.