martes, 3 de marzo de 2015

Tácticas para olvidar

Posa la belleza de tu rostro frente a mi, vierte la negrura de tus ojos espesos sobre los míos, y arráncame en girones el vestido. Haz de mi cuerpo tu hogar ocasional; pero procura no husmear en mi alma porque ahí no hay nada para ti. 

Permite que me pierda en el infierno de tus brazos, en la reciedumbre de tu pelvis. Disfruta mis mentiras disfrazadas de caricias, mira como uso mi dolor para satisfacerte. No haremos el amor sino una tregua, yo te doy mi carne y tu me ayudas a sobrellevar mis penas. 

Dame una noche de tus noches, y no me pidas pronunciar tu nombre, ni que te de mis ojos. Déjame buscar su rostro en el tuyo, su cuerpo en el tuyo, su aroma en el tuyo; no quiero que estés tu en nuestro frenético vaivén...

...y cuando termine la faena, permiteme contemplar el esplendor de tu hermosura, cada ángulo de tu rostro perfecto, quizá la ilusión de tu belleza también pueda consolarme, aunque sea por un momento.