domingo, 12 de febrero de 2017

A propósito del 14 de febrero

El 14 de febrero se acerca peligrosamente y con el, interminables quejas de los pobres corazones solitarios que no gozan de una relación estable. Realmente no es que yo la considere una fecha super importante, pero nos bombardean de manera exagerada con corazones brillantes e imágenes de parejas felices, que comienzas a sentirte mal porque no puedes tener la relación "ideal". 

Hace poco encontré en mi muro de Facebook, una frase que me dejó pensando en muchas cosas (wuuuu ¿?) "Hoy en día pensamos demasiado y sentimos poco", por alguna razón nos hemos vuelto incapaces de dejarnos llevar por los sentimientos, tratamos de evitar los vínculos profundos y nos conformamos con rollos de una noche o relaciones intermitentes destinadas al fracaso. Nos refugiamos en el alcohol, las drogas y las redes sociales para ahuyentar la soledad, sin embargo a la hora de dormir, cuando nos encontramos generalmente solos en nuestras sábanas orgánicas libres de gluten, podemos sentir la soledad hasta los huesos. 

¿Qué tienen de malo las relaciones estables? Es tan bonito tener seguro un mensaje de "buenos días, (inserte el apodo cursi de su preferencia)", saber que alguien te preguntará "¿Cómo estuvo tu día?" y te dará consuelo si tuviste un día de mierda; involucrarte realmente en la vida de otra persona, interesarte por sus sueños, sus metas, sus miedos. Es tan bonito salir a pasear en bicicleta, ir a comer fuera o simplemente quedarse en casa viento una película y tragando como sino hubiera un mañana, pero no, prefieren un acostón de vez en cuando y generar la ilusión de que no están tan solos.

Parece que la soledad es la maldición de nuestra generación, salvo algunas excepciones que se atrevieron a desafiar su destino y dejarse llevar por el amorsh. Somos jóvenes y eso nos da seguridad, pero la juventud y la belleza no son eternas, y un día nos sentiremos más solos y viejos que nunca; a veces pienso que en unos 20 o 25 años habrá una ola masiva de suicidios de millennials. 

La verdad es que yo aun creo en las relaciones estables; que en un rinconsito de nuestro corazón aún tenemos esa capacidad de amar, de dejarnos llevar con todo lo que eso implica, que aún podemos involucrarnos profundamente en la vida de otra persona, que aún podemos sostener relaciones sólidas y duraderas, sólo es cosa de sacudirnos los miedos y esa absurda idea de que las relaciones nos limitan, al contrario, cuando una relación es sana nos impulsa y nos ayuda a ser mejores personas.